El robo de combustible es un problema que empeora con el aumento de los precios del combustible. De hecho, la frecuencia de los vuelos declarados se duplicó entre 2021 y 2022. Este resurgimiento preocupa mucho a los profesionales del transporte y la logística, para quienes la gestión de flotas se está convirtiendo en un verdadero desafío.

Visuel presse - Optimum Automotive - gestion de flotte connectée
Visuel presse - Optimum Automotive - gestion de flotte connectée

Combatir el robo de combustible

La frecuencia de los robos de combustible aumenta a medida que suben los precios del combustible. Por lo tanto, el número de vuelos declarados se duplicó entre 2021 y 2022.

Antecedentes y desafíos

Para los transportistas, el enfoque para reducir el consumo debe ir acompañado de medidas para protegerse contra un muestreo incorrecto.

Según una encuesta realizada en 2015 en una flota de 500 camiones, el robo de combustible se estimó en 1000 litros al año por camión, o el equivalente a una lata de 20 litros por semana y por vehículo. El aumento de los precios del combustible está estimulando el desarrollo de los vuelos.

En Francia, la víctima del robo de combustible rara vez presenta una denuncia. No existe un seguro que reembolse este daño, y las posibilidades de recuperar el combustible robado son casi nulas si no se ha cometido un delito grave. Declarar un vuelo es percibido como una pérdida de tiempo por parte de las compañías aéreas, que prefieren la puntualidad para evitar sanciones contractuales.

Además, los ladrones en Francia gozan de cierto grado de impunidad, a diferencia de Portugal o Europa del Este, donde los ladrones corren el riesgo de sufrir represalias físicas.

Vuelo interno y vuelo externo

Las huelgas que provocaron la escasez de combustible en el otoño de 2022 llevaron a algunos conductores, hasta ahora honestos, a sacar combustible de sus propios tanques para ayudar a un ser querido. Este comportamiento persiste incluso después de volver a la normalidad.

El sifón se ve facilitado por la disponibilidad de bombas de pera económicas, que funcionan mediante vasos comunicantes, o bombas eléctricas capaces de tomar muestras de hasta 50 litros por minuto en silencio.

La supervisión precisa del consumo ayuda a limitar los robos internos. Se teme la inmovilización del vehículo debido a un tanque perforado o a una tapa rota, lo que explica por qué casi el 80% de los atascos no están cerrados con llave. Cuando lo están, otros accesos al depósito (varilla, tapón de desagüe, tuberías) siguen siendo vulnerables.

Además, conducir con biodiésel B100 y denunciar su incompatibilidad con el vehículo solo tiene un efecto limitado, ya que el ladrón no siempre lee las instrucciones ni actúa en la oscuridad.

Perfil e impacto de los ladrones

  • Individual : muestras limitadas a unas pocas decenas de litros.
  • Red organizada : vaciado casi completo del tanque, con camiones equipados con tanques de 1000 litros que operan cerca o a una distancia de los vehículos objetivo.

El combustible robado se vende generalmente a alrededor de 1 euro por litro.

Los conductores de Europa occidental ya no pagan sus gastos en efectivo, pero esto sigue siendo común entre algunos conductores que vienen de Europa del Este. Algunos malversan fondos para combustible y afirman haber perdido los documentos justificativos.

En África, la reventa de combustible es con frecuencia la principal fuente de remuneración para los conductores.

Soluciones disponibles en el mercado

Los atascos de tráfico bloqueados y los insertos antisifón pueden provocar roturas que inmovilizan el vehículo y aumentan los daños.

Se comercializan varias soluciones, en particular mediante:

  • FleetEnergies (anteriormente AlertGasoil)
  • Geoloc (Fuel Sentinel, Tank Protect, anti-siphonnage.com)
  • Securifuel (anteriormente G-Keep, Optimum Automotive)

Estas soluciones detectan la apertura del tanque, las caídas sospechosas de nivel, activan alarmas y envían alertas localizado, al tiempo que resiste los intentos de interferencia.

François Traoré, presidente de Geoloc, afirma que está dispuesto a recuperar su equipo si no satisface a los usuarios, e insiste en la necesidad de evitar los falsos alertas.

Tecnología clave: manómetro ultrapreciso y autónomo

Los manómetros originales suelen ser imprecisos y no funcionan con el motor apagado. Por lo tanto, un indicador de alerta debe ser autónomo.

El medidor Geoloc, por ejemplo, está calibrado para detectar una variación de nivel equivalente a 1/250 del tanque, o menos de 4 litros en un tanque de 900 litros.

También integra la posición GPS para confirmar la relevancia de la alerta.

El indicador también compensa las variaciones debidas a la carga del vehículo, la temperatura ambiente o el motor en marcha.

La información precisa sobre el volumen presente permite verificar la coherencia con los repostajes declarados, lo que facilita la detección de robos en el momento del llenado.

Alarmas y alertas

La alarma de luz y sonido solo es útil si el conductor está a bordo, lo que no siempre ocurre en las obras públicas.

Es preferible una alerta silenciosa (SMS, notificación) para permitir una intervención discreta y un delito flagrante.

Es posible programar un temporizador de alarma para burlar al ladrón.

Flexibilidad e integración

La integración de los datos antirrobo en otros sistemas de TI a través de una API, o el uso de las cajas telemáticas existentes, son activos importantes.

La detección relevante del robo de combustible requiere un dispositivo maduro y confiable, y validado por la experiencia de campo.

#gestion_de_flotte, #alertes, #IA