Iniciada en el marco de la LOM, la transición energética de las flotas de vehículos profesionales a «vehículos limpios» (menos de 60 g de CO2/km) se está imponiendo gradualmente a las empresas y comunidades de acuerdo con un cronograma predefinido. De hecho, A partir de 1 enero de 2022, las empresas con una flota de al menos 100 vehículos deberán renovar al menos el 10% de su flota eligiendo vehículos de bajas emisiones. Basta con decir que 2021 es un período crucial para la renovación de vehículos eso era de esperar.
A partir de 2024, el porcentaje requerido de vehículos de bajas emisiones será del 20%, luego del 35% en 2027 y del 50% a partir de 2030.
¿Cómo optimizar esta migración energética para cumplir con estos nuevos requisitos legislativos?
Aunque no hay una respuesta única, hay un criterio que no se puede ignorar: el análisis de los usos actuales de los vehículos. De hecho, el uso de un vehículo eléctrico o híbrido, si el objetivo es maximizar el impacto ambiental y minimizar los costos, debe cumplir con criterios específicos.
Analizar los usos para priorizar las elecciones
Estamos de acuerdo en que un vehículo eléctrico o híbrido no es una respuesta relevante en todos los casos. Por ejemplo, atribuir un vehículo eléctrico con una autonomía corta a un conductor frecuente no tendría sentido.
Apresurarse puede tener graves consecuencias. Muchas empresas, por ejemplo, sucumbieron rápidamente al encanto de los vehículos híbridos... sin darse cuenta de que los usuarios rara vez recargaban los vehículos, debido a la falta de disposiciones de compensación (para cargarlos en casa). ¿Cuál es el resultado? Limpios y económicos sobre el papel, los vehículos híbridos sin carga son más contaminantes y consumen más energía que sus homólogos a gasolina en circulación.

De ahora en adelante, se debe prestar especial atención a los usos actuales de los vehículos. Por supuesto, este ejercicio puede resultar complicado si no tienes herramientas telemáticas que recopilen automáticamente datos valiosos, como el kilometraje de cada vehículo. ¡Pero hay soluciones!
Por ejemplo, Optimum Data Mining, la división de consultoría de Optimum Automotive, ofrece la solución PLUG & COLLECT: un servicio conectado temporal que permite recopilar datos esenciales para la toma de decisiones durante un período de tiempo suficientemente significativo.
Datos como el kilometraje diario, el tiempo de inactividad y los lugares de parada recurrentes (hogar, empresa, etc.) resultarán fundamentales para guiar las decisiones.
Elegir los vehículos correctos, instalar estaciones de carga en los lugares correctos, etc.
La decisión de cambiar de un vehículo con motor de combustión a un vehículo eléctrico o híbrido no es una decisión fácil. Sin embargo, la carrera de obstáculos no ha terminado.
Tan pronto como se toma esta decisión, surgen más preguntas y problemas. ¿Qué vehículo elegir: híbrido? ¿Eléctrico? ¿Qué modelo? ¿Cómo y dónde se realizará la recarga? ¿Cómo financiar la instalación de estaciones de carga aprobadas?
Todas estas son preguntas que deben hacerse antes de tomar medidas. Y como podemos ver, la complejidad del problema puede ser fuente de confusión para más de un administrador de flota que no tenga experiencia en estos nuevos problemas ambientales.
¡Pero no te preocupes! También existen soluciones en esta área. Como en el ejemplo anterior, Optimum ofrece soporte en varios niveles.
La solución óptima
- La auditoría:
Permite analizar la flota actual y los usos de cada vehículo. Sobre esta base, se emitirán recomendaciones para:- determinar qué vehículos deben estar sujetos a la migración energética
- identificar los vehículos compatibles «limpios» más económicos
- recomendar la instalación de estaciones de carga y su financiación
La auditoría permite entonces definir una hoja de ruta clara y objetiva para el administrador de la flota. También puede, si lo desea, solicitar un apoyo más completo.
- Soporte:
La asistencia se puede proporcionar en varios niveles, hasta la delegación total de la gestión de la flota de vehículos. Los líderes de Óptimo Minería de datos será entonces responsable de la gestión diaria de la flota (gestión técnica, administrativa y financiera) y, por supuesto, de la necesaria transición energética de la flota. Los informes de gestión periódicos y detallados proporcionarán una visión general concreta de las medidas adoptadas y los avances realizados (especialmente en términos del coste total de propiedad).
En conclusión, la transición energética de una flota de automóviles es un verdadero «quebradero de cabeza» para el que nadie estaba preparado. Sin embargo, la emergencia climática y medioambiental está inevitablemente en la mente de todos.
Para migrar con éxito una flota de vehículos a energía verde, primero es necesario planificar con antelación, luego equiparse con las herramientas de análisis necesarias y, según el caso, beneficiarse del asesoramiento experto de un empresa especializada en la gestión de flotas de vehículos.
